Poetastros de Chile y abrómicos de Europa;
arrojad la cachimba, el rabel y la pluma
y oíd: yo quiero hablaros humildemente ahora;
vosotros habéis dicho las palabras más hondas
y sin embargo hay cosas que no se han dicho nunca.
Si pudiera fundir el universo entero
y fabricar con él una olla estupenda,
os pondría a cocer un siglo a fuego lento
bajo el sol encendido, como un terrón de fuego,
sobre el incendio del corazón de la tierra.
***
"Por qué cantáis, oh! brutos, a las carretas torpes,
a los amores fáciles, a las casitas viejas,
a las nenas de barrio, a los frailes, al hombre
pacato, mentecato, jorobado y deforme
y no cantáis la vida multiforme y compleja?
EI mundo se transforma, trabaja, piensa y ríe
en la máquina actual, infinita y divina,
en la dudad moderna, que es trágica y no es triste,
en el ilimitado Zaratustra de Nietzsche
y no en vuestros minúsculos gritos de sabandijas.
Oh! multitud de escritorzuelos rufianes!
¿ Con que vuestro lenguaje sobado y resobado,
con que vuestras versainas fofas y equidistantes
y con que vuestras actitudes miserables
son algo?. ja! ja! Ja! .. No me mostréis el rabo!
***
Porque vosotros no cantáis al automóvil,
que evoluciona, haciéndonos temblar con su bocina,
ni el empuje violento de las nuevas cosmópolis,
ni a las grúas, que son más bonitas que Adonis,
oh! borregos de Júpiter, oh! vagas señoritas;
y donde hay un motor encendido y gigante;
y donde hay una fábrica estupenda y gloriosa,
y donde hay un palacio de cemento y de sangre
o una gran muchedumbre de huelguistas con
hambre, vosotros veis a una princesita que llora.
***
Hacer arte es hacer lenguaje, amados míos,
lenguaje extraño, trunco, espantoso, deforme,
dinámico, flexible y claro como un río
para aquellos que tienen la luz puesta en sí mismos,
la realidad de un cerro y el talento de un hombre.
Hacer arte es hacer que el devenir eterno,
el correr infinito del tiempo y del espacio,
se queden para siempre clavados al momento
en que el hombre cogió a la vida, en un lienzo,
en un poema trágico, o en un trozo de mármol.
***
Malditos en la vida, malditos en la muerte!
Esta sátira inmunda, que yo mismo desprecio,
caiga sobre vosotros y quede en vuestras sienes
como la gran corona del escarnio eminente
con que os azoto el rostro y os escupo los sesos.
Y si algún día, tristes, con esa gran tristeza
del que se sabe inútil como materia bruta,
lloráis con lagrimeos miserables de bestias,
y cuando un día muertos,—si también os muriérais,—
caigáis como pedazos de estiércol al tumba.
Mi carcajada enorme estará con vosotros,
tal como un moscardón sonando en los oídos,
y me tendréis presente clavándoos los ojos,
azotándoos el alma con un mirar recóndito
hasta el fin de la tierra y hasta el fin de los siglos!
Tradução de Antonio Miranda:
Poetastros de Chile e abrômicos [1] de Europa;
Lançai o cachimbo, o rabel [2] e a pluma
e ouvi: eu quero falar-vos humildemente agora;
vós haveis dito as palavras mais profundas
e sem embargo há coisas que nunca foram ditas.
Se eu pudesse fundir o universo inteiro
e fabricar com ele um cozido fantástico,
os poria a ferver um século em fogo lento
sob o céu aceso, com um torrão de fogo,
no incêndio do coração da terra.
* * *
Por que cantais, oh! Brutos, às carroças toscas,
aos amores fáceis, às casinhas velhas,
às meninas de subúrbio, aos frades, ao homem
pacato, mentecapto, corcovado e deforme
e não cantais a vida multiforme e complexa?
O mundo se transforma, trabalha, pensa e ri
na máquina atual, infinita e divina,
na cidade moderna, que é trágica e não é triste,
no ilimitado Zaratustra de Nietzsche
e não em vossos minúsculos gritos de sevandijas.
Oh! Multidão de escritorzinhos rufiães!
Por acaso vossa linguagem sovada,
acaso vossas atitudes miseráveis
são alguma coisa? ha! ha! ha! Não mostreis o rabo!
* * *
Por que vós não cantais o automóvel,
que evolui, fazendo-nos tremer com sua buzina,
nem o impulso violento das novas cosmópolis,
nem os guindastes, bem mais belos que Adônis,
oh! boçais de Júpiter, oh! ociosas senhoritas;
e onde há um motor ligado e gigante;
e onde há uma fábrica fantástica e gloriosa,
e onde há um palácio de cimento e de sangue
ou uma grande multidão de grevistas com fome,
vós vedes uma princesinha que chora.
* * *
Produzir arte é produzir linguagem, meus queridos,
linguagem estranha, truncada, tremenda, disforme,
dinâmica, flexível e clara como um rio
para aqueles que têm a luz posta em si mesmos,
a realidade de um outeiro e o talento de um homem.
Fazer arte é fazer que o sobrevir eterno,
o correr infinito do tempo e do espaço,
restem para sempre pregados ao momento
em que o homem plasmou a vida, em um quadro,
em um poema trágico, ou em um bloco de mármore.
***
Malditos em vida, malditos na morte!
Esta sátira imunda, que até eu desprezo,
caia sobre vós outros e reste em vossas frontes
como a grande coroa de escárnio eminente
com que vos açoito no rosto e vos cuspo nos miolos.
E se algum dia, tristes, com essa grande tristeza
do que se sabe inútil como matéria bruta,
chorais com lágrimas miseráveis de bestas,
e quando mortos algum dia, —pois também morrereis, —
caiais como pedaços de estrume na tumba.
Minha gargalhada enorme irá com vós outros,
tal como um moscardo zunindo nos ouvidos,
e tereis presente cravando-vos nos olhos,
açoitando-vos a alma com um mirar recôndito
até o fim das terras e até o fim dos tempos!
(Sátira; 1918).
Notas do tradutor:
[1] palavra não dicionarizada.
[2] duplo sentido, tanto para designar um instrumento musical antigo quanto para referir-se a traseiro, nádega
(Ilustração: Raoul Hausmann - Tatlin at Home – 1920)
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